El miedo destruye nuestra capacidad para amar. Cuando estamos asustados sólo pensamos en proteger lo nuestro, en defendernos, y eso socava la generosidad natural,  nos volvemos mezquinos y egoístas.

Peor aún: el miedo a perder al ser amado despierta los celos y la posesividad. El amor, de natural generoso, se vuelve avaro, tanto que queremos aprisionar al ser amado, privarle de su libertad y hacerle nuestro: que nadie lo mire, que nadie lo toque, que no me lo roben...

Lo siguiente ya no es amor,  ni siquiera apego,  es un secuestro. 

El amor y el miedo no son opuestos. Son enemigos.  Tú eliges a cuál de los dos alimentas, cuidas y acunas en tu interior: él ganará la batalla. 

No encuentro nada bueno en el miedo. Ni siquiera en el miedo necesario, ese que nos salva de peligros inminentes como una fiera o un terremoto. 

Sin embargo estos días estoy sintiendo un miedo sano, que me llena de alegría y se mezcla con el entusiasmo: la inquietud de saber que mis sueños están muy cerca y muy pronto sabré si mis proyectos son viables o no. Un par de meses pasan rápido. 

Estoy entusiasmada, inquieta, asustada, totalmente fuera de mi zona de confort y me siento dichosa. Todo al mismo tiempo. Sé que vivo momentos únicos, que no se repetirán, y al mismo tiempo siento un poco de nostalgia pues sé que esta plenitud pasará rápido y me acostumbraré a lo que venga. Entonces tendré que buscar otro sueño.

Un recurso muy interesante para vencer al miedo es la autoconfianza. Se logra a través de la autoestima y de la fe en las propias capacidades. Requiere un trabajo lento pero firme sobre el propio ser. 

Para lograrla recomiendo el trabajo del espejo, que consiste en repetir afirmaciones positivas mirándonos en un espejo.  Estas afirmaciones deben definirnos con características de personas con autoestima fuerte. También se pueden escribir reflexiones que muestren nuestras capacidades, en que momentos las hemos desarrollado y experimentado y qué esperanzas ponemos en ellas.

En febrero publicaré en Telegram un taller gratis, Taller Escribir y Crecer,  con un módulo dedicado a la confianza en el propio ser con artículos,  ejercicios y un video sobre la autoconfianza. 

La Vida te ayuda a vencer al miedo dándote motivos y ocasiones para que confíes en ella. Solamente la confianza en la Vida y la confianza en ti mismo pueden lograr que tengas el coraje suficiente para vencer al miedo.

A veces llegan momentos complicados y te cuesta confiar en la Vida. Puedes hacer muchas cosas. La primera es recordar y reconocer todos aquellos momentos en los que la Vida ha estado de tu parte: esos momentos mágicos en que aparecen soluciones llovidas del cielo.

Hoy mismo, en mi canal gratis de telegram, he publicado un artículo con un ejercicio de escritura para confiar en la Vida. Seguro que te interesa. Si no quieres, no es necesario que te instales telegram, haz clic en el link t.me/paraestargenial  dale a la vista previa y podras ver muchísimas cosas, vídeos, audios, artículos, fotos y comentarios que quiero compartir contigo. Si te instalas telegram, mejor, es una aplicación que puedes buscar en el App store o en el Play Store, así podrás unirte al canal, verlo todo con más comodidad y, si te apetece, hacer comentarios y participar en el grupo vinculado al canal, que se llama Para estar genial.

El miedo desordena tu vida. Cuando tienes miedo, pero miedo de verdad,  no eres capaz de llevar unos horarios normales y una actividad ordenada. El miedo se convierte en el amo y no te deja ni estudiar,  ni leer, ni siquiera prestar atención a las conversaciones con tus seres queridos. Solamente eres consciente de aquello que te asusta y pierdes la perspectiva correcta de la realidad. El miedo te acerca a la locura.  No exagero.

Con miedo dejas de percibir las cosas buenas y hermosas del día a día. No disfrutas. Tiendes a prestar poca atención al amor y a la amistad. El miedo te lleva a la soledad más triste. No te aburres, pero no porque estés entretenido, sino porque sufres intensamente. 

Puedo parecer exagerada pero esta es mi experiencia del miedo.  Fue hace tiempo ya pero no se me ha olvidado. Crecí, gracias a la Vida, lo superé, pero fue un infierno. 

Lo malo del miedo es que nos convierte en la peor versión de nosotros mismos. Cuando estamos asustados salen a la luz nuestras peores actitudes. Tendemos a comportarnos como seres mezquinos y desconfiados, siempre a la defensiva,  con actitudes pesimistas.  Hay que salir de ahí ya,

¿Cómo? Pues superando el miedo, venciéndolo, apoyándonos en la confianza.  Confianza en que la Vida es bondadosa, sabia y generosa. Aceptando que la Vida nos ama.  Confianza en nosotros mismos y autoestima. 

Solamente así, venciendo al miedo,  podremos volver a ser nuestra mejor versión, la más generosa y optimista,  la que se llena de amor, entusiasmo y esperanza.

El otro día leí una afirmación en redes sociales que decía: Bendice la crisis que te hizo crecer. Y me di cuenta de que yo tengo mucho que agradecer a mi gran enemigo:el miedo. Gracias, no a una, sino a sucesivas crisis de miedo, soy quien soy. 

No digo que el miedo sea bueno, no, el miedo es algo muy triste,  mezquino y negativo, es cruel, pero yo he crecido enfrentándome a él y  superándolo. He evolucionado gracias a que he vencido la batalla.  Pero, ¿qué sería de mí si hubiese ganado el miedo? Sospecho que es mal enemigo y que me hubiera destruido. 

Véncele y no te fíes de él.